DIY - Bloody Little Cakes

En el DIY de hoy os voy a mostrar cómo hacer unos pastelitos terroríficamente monos. Son muy fáciles de hacer y no necesitaréis ni materiales profesionales, ni manchar media cocina, ni usar el horno. ¿Pinta bien verdad?

Ya sabéis que soy muy fan de Halloween y que me gusta hacer "algo especial" para esa noche. Este año quiero enseñaros cómo hacer unos dulces que, además de estar muy ricos, dan un poquito de mal rollo. Eso sí, tienen aire entre gótico y victoriano que les da mucha clase ^_~

A continuación vamos a ver los ingredientes y utensilios que necesitaremos y os comentaré algún truquito para que os resulte más fácil. Quiero aclarar que es la primera vez que utilizo fondant así que os pediría que seáis buen@s conmigo ^_^

Ingredientes para los pastelitos:

 - Bases de bizcocho.

 - Mermeladas de frambuesa y arándanos.

 - Fondant.

Utensilios:

 - Un vaso o cortador circular del tamaño que queramos.

 - Una paleta de silicona.

 - Papel vegetal para horno.

 - Un rodillo.

Ahora que ya lo tenemos todo preparado pongámonos manos a la obra:

 - Primero cortamos los círculos de bizcocho que serán la base de los pasteles. En este caso los he hecho de 3 pisos pero podéis hacerlo con otras alturas.
 - Cuando tengamos todos los círculos los untaremos con las dos mermeladas. El primer piso con la de frambuesa y el segundo con la de arándanos.
 - Una vez montados los bizcochos pasaremos a amasar un pedazo de fondant suficiente para cubrir el pastel por completo. Es importante que lo trabajemos un poco para que se estire bien. Poniendo el fondant entre dos hojas de papel vegetal lo estiraremos con un rodillo. Lo despegamos del papel con cuidado y cubrimos los bizcochos. Para terminar cortaremos el sobrante.

Ahora viene la parte más divertida. Vamos a darle un toque sangriento a nuestros pasteles.

Para hacer las salpicaduras de "sangre" necesitaremos:

 - Colorante alimentario rojo.
 - Un pincel de cocina.

Para que las salpicaduras os queden lo más reales posible es importante utilizar el colorante sin diluir. Que cada salpicadura sea diferente ayudará a darle realismo así que os recomiendo que utilicéis distintos ángulos y alturas. También la fuerza con la que sacudáis el pincel influirá en que parezca sangre derramada o una "salpicadura de velocidad". Sed creativ@s asesinillos... os encantará ^_~

Una vez terminados... ¡a la nevera! El siguiente paso será hacer las rosas. Es más sencillo de lo que parece:

 - Primero cortaremos un trozo de fondant del color que queramos y lo amasaremos y le daremos forma de barrita de 1cm aprox. de diámetro. Haremos tantas barritas como flores queramos hacer y las dividiremos en 12 trocitos de 1cm aprox. de largo.
 - Amasaremos todos los trocitos menos dos y les daremos forma de bolitas. Los dos que hemos apartado los juntaremos y les daremos forma de bolita también. Serán la base de la flor.
 - Doblando una esquina del papel vegetal aplastaremos las bolitas hasta obtener un óvalo y afinaremos uno de los bordes largos que será el que vaya hacia arriba.
 - El óvalo más grande (el que hicimos juntando dos trocitos) lo enrollaremos sobre sí mismo y aplastaremos la parte de abajo para hacer la base.
 - Después iremos añadiendo el resto de pétalos por capas doblando ligeramente el borde hacia abajo con los dedos. Primero dos enfrentados envolviendo la base. Luego tres solapándose. Por último los cinco siguientes ligeramente montados uno a continuación del otro. En Youtube encontraréis mil y un tutoriales ^_~
 - Una vez terminada cada flor las iremos metiendo en la nevera para que se endurezcan.
 - Cuando estén un poquito frías aprovecharemos para cortarles la base con un cuchillo de filo plano y así hacerlas más estables.

Comentaros que, no sé si po la marca o por el color, el fondant negro es mucho más sensible al calor que el blanco. Las primeras flores se me derretían en las manos. Una manera de trabajarlo más cómodamente es utilizar azúcar glas a modo de harina. También podéis dejar reposar cada pieza entre operación y operación para que pierdan un poco de temperatura.

Ya sólo queda poner las flores sobre los pastelitos y dejarlos enfriar. Están muy ricos pero ojo: SON UNA BOMBA DE AZÚCAR. Se recomienda el consumo responsable. Os dejo unas fotos del resultado:

Y hasta aquí este DIY. Sólo me queda invitaros a que probéis a hacerlos en casa y me enseñéis el resultado. Ya veis que no hace falta comprar nada demasiado caro ni especializado. Con paciencia y un poco de maña podréis sorprender a vuestros amigos en la cena de Halloween.

Si os ha gustado la manicura que llevo en este DIY podéis verla con más detalle en mi página de Facebook.

Nos leemos. Besiños.

Fotografía y edición: Miguel Durán